Material divulgativo

Propósito: crecer feliz

Tu niñ@ se está haciendo mayor y ya puede andar, hablar e incluso explicarte lo que le pasa por la cabeza. Es otra bonita etapa en la que disfrutas de la vitalidad de tus hijos y puedes ver el mundo bajo su perspectiva.  El objetivo de este periodo es que crezcan y se desarrollen adecuadamente. En esta etapa tu hijo te necesita para cuidar de su salud:

• “Mamá, no tengo hambre”

¿Tu hijo come mal? ¿Eres de esos padres que pasa con su hijo horas frente a un plato de comida que parece no terminarse nunca? La fitoterapia puede servirte de ayuda. Plantas como la manzanilla o la angélica, ricas en principios amargos, pueden mejorar el apetito de tus hijos.

• “Mamá, no quiero dormir. No tengo sueño”

Que tu hijo duerma o no duerma bien, puede ser la diferencia entre que esté contento o malhumorado y difícil de controlar. Muchas noches dormir a tu hijo puede convertirse en un auténtico reto. A edades tempranas el ciclo sueño-vigilia aún no está bien establecido. En estos casos es positivo mantener una rutina diaria, intentando cumplir un horario que previamente hayas establecido. Realiza actividades más relajantes, como el baño, a última hora de la tarde para que tu hijo poco a poco se vaya calmando y procura que se vaya todos los días a la cama a la misma hora. No le acuestes rodeado de juguetes, el niño debe entender que es momento de dormir, no de jugar. Poco a poco se irán estableciendo buenos hábitos que darán calidad a las horas de descanso de tu hijo. El azahar o la tila son plantas que puedes utilizar en estos casos.

• “Mama, tengo tos y mocos”

El sistema inmune aunque comienza a desarrollarse antes del nacimiento, termina de madurar durante la infancia. Es por eso que durante esta época las enfermedades infecciosas son muy frecuentes. En las épocas de frío nuestros hijos son muy vulnerables a infecciones víricas como la gripe, el catarro o el resfriado. El aumento de la mucosidad y la tos son sus principales síntomas. Plantas como la drosera o el malvavisco pueden ayudarte a afrontar estas patologías. El propóleo y la equinácea sirven tanto para prevenir como para tratar ciertas enfermedades infecciosas ya que, por su contenido en flavonoides como la galangina y polisacáridos como β-glucanos, son inmunoestimulantes.

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